Ejercicio físico en el embarazo

Se ha demostrado científicamente que el ejercicio físico en el embarazo en las mujeres sanas tiene un papel importante en la reducción de la incidencia de complicaciones como la preeclampsia, la diabetes gestacional y el parto prematuro, y puede ayudar en el posparto de cara a la recuperación siendo esta más corta.

Si eres una mujer deportista o que realizabas entrenamiento continuado antes de estar embarazada, puedes seguir haciéndolo con algunas modificaciones. Si por el contrario eres sedentaria y no has hecho ejercicio nunca o con muy poca frecuencia, lo recomendable es empezar a partir de la semana 12. Aunque siempre es tu ginecólog@ que es el que conoce tu caso particular y tiene la última palabra.

Pero todavía existe un porcentaje alto de mujeres gestantes que renuncian al ejercicio por miedo a las consecuencias sobre el bebé, es por eso que desde la fisioterapia en obstetricia y ginecología debemos estar a la vanguardia en cuanto a las terapias físicas y entrenamiento en el embarazo y promover este buen hábito entre nuestras pacientes.

Detallamos algunos de los beneficios del ejercicio en el embarazo

  • Control de peso
  • Mejora la termorregulación
  • Mejora respuesta hemodinámica
  • Mejora la respuesta del sistema nervioso autónomo
  • Previene la aparición de contracturas musculares fruto de el aumento rápido de volumen de la tripa.
  • Previene la diabetes gestacional
  • Mejora la circulación: al aumentar el volumen plasmático una mujer sedentaria tendrá más riesgos de trastornos como varices, insuficiencia venosa, hemorroides, etc.
  • Reduce el dolor lumbar: con un programa de ejercicio de fuerza controlado, de grupos musculares como Transverso, musculatura dorsolumbar, cuádriceps, isquios y suelo pélvico, vamos a mantener en buena posición el tronco mejorando la fuerza y la resistencia del compartimento abdomino-lumbo-pélvico.
  • Ejercitar la flexibilidad de la pelvis, la propiocepción del suelo pélvico, la respiración y ensayar las posturas apropiadas, puede hacer el trabajo de parto más natural y llevadero para la madre.

Todo ello sin añadir ningún riesgo para el feto, tan solo tener en cuenta que conforme pasan las semanas de gestación la intensidad debe disminuir y adaptar las posturas al volumen de la tripa, evitando la posición de decúbito supino para evitar el síndrome de la vena cava (el útero voluminoso, la presiona contra los cuerpos vertebrales ocasionando una disminución de los latidos del corazón).

En cuanto al tipo de actividad que hacer de manera libre, los profesionales de las ciencias de la salud y de la actividad física debemos recomendar actividades como caminar, nadar, bicicleta estática y «aquagym» ya que ofrecen un menor impacto y menor riesgo de caídas que montar a caballo, esquiar, practicar deportes de raqueta o deportes de combate. Los riesgos de lesionarse en las caídas son mayores en las mujeres embarazadas, ya que las elevadas concentraciones de estrógeno y relaxina aumentan la laxitud ligamentosa y la hipermovilidad articular.

Si elegimos clases grupales, tendrías para elegir desde el pilates para embarazadas o clases de flexibilidad y fortalecimiento donde se ejercitan todos los grupos musculares en diferentes posiciones y con elementos como el fitball, mancuernas, bandas elásticas, tronco, etc.

Si ya te has decidido a empezar, pide una valoración de tu fisioterapeuta especializado en suelo pélvico y embarazo y ADELANTE!!